El trabajo no está en absoluto relacionado con la adquisición de bienes materiales. Es un ejercicio vital relacionado única, o principalmente, con la autorrealización. Esa sensación que tenemos, al llegar a casa, descorchar nuestra bebida favorita y ducharnos, de haber hecho las cosas tal y como se deben hacer. La ética es la ética del trabajo. Del trabajo realizado lo más responsablemente posible. En España ningún gobierno le ha dedicado ni un solo instante a realizar una pedagogía seria sobre este tema. De ahí que tengamos esa ingente masa de empresarios explotadores y diletantes y trabajadores holgazanes y negligentes. Pasamos por todo el sistema educativo desde primaria hasta el fin del ciclo universitario y nadie nos habla del mercado laboral. Es, cómo decirlo, un tema tabuizado. Pero no hay que perder la fe y la esperanza. Nunca. Porque el trabajo vocacional es una de las cosas más importantes para el bienestar psicológico de una persona. Pocas cosas hay mejores que ir nuestro puesto de trabajo con alegría y profesionalidad. Muy pocas.
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